Que los Rolling Stones han exprimido la vida al máximo resulta evidente para cualquiera que siga sus andanzas o que haya leído alguno de los libros que circulan sobre ellos o sus ex mujeres (las memorias de Keith Richards, «Life», son especialmente reveladoras).
Con 57 años de
carrera como banda (debutaron en el Club Marquee de Londres en 1962) y
sumando, tres de los cuatro miembros en activo del grupo, Mick Jagger,
Keith Richards y Ronnie Wood -la excepción es Charlie Watts, que lleva
55 años con la misma mujer- han tenido una vida sentimental turbulenta
hasta para los estándares de un rockstar.
Triángulos amorosos,
hijos secretos, celos e infidelidades, y hasta muertes violentas
salpican su biografía amorosa y sexual, en la que tampoco faltan las
drogas duras, el abuso de alcohol, las redadas policiales y las
groupies, claro.
En una entrevista en The New York Times en
1990, el bajista Bill Wyman, quien dejó el grupo en 1993 (poco después
de haberse divorciado de una joven con la que había empezado a salir
cuando ella tenía 13 años), contó: «En 1965 nos sentamos una noche en un
hotel y calculamos que, desde que la banda había empezado, yo había
estado con 278 chicas, Brian con 130, Mick con unas 30, Keith con 6 y
Charlie con ninguna». Todo valía en los tiempos del amor libre.
En
el caso de Mick Jagger, su compulsión de mujeriego trascendió con
creces el Verano del Amor. En «Mick: The Wild Life and Mad Genius of
Jagger» (2012), Christopher Andersen afirmó que el frontman se ha
acostado con unas 4 mil mujeres.
Y varias de esas relaciones
(con Marianne Faithfull, Bianca Jagger, Jerry Hall o la malograda L’Wren
Scott, quien se quitó la vida en 2014) están documentadas al detalle en
las hemerotecas.
Desde hace cinco años, la pareja de Jagger es la bailarina Melanie Hamrick, de 32 años, con quien tiene un hijo de casi tres, Deveraux, que es tres años menor que la primera bisnieta del músico.
En total, Jagger es padre de ocho hijos con cinco mujeres distintas, aunque a dos de ellos -Karis, con Marsha Hunt, y Lucas, con Luciana Gimenez-, sólo los reconoció tras una demanda de paternidad.
En la biografía de Richards hay dos grandes historias. En 1967 se enamoró de Anita Pallenberg, la fascinante actriz y modelo cuya influencia se considera clave en la evolución musical y estilística de los Stones.
Pero Pallenberg era entonces pareja de Brian Jones, aunque él era violento y su adicción a las drogas estaba empezando a meter en problemas a la banda (Jones apareció muerto en su piscina en 1969, un mes después de que lo echaran del grupo).
Pallenberg y Richards nunca se casaron, pero estuvieron juntos 12 años y tuvieron tres hijos: Marlon, Angela y Tara, quien falleció en su cuna de muerte súbita dos meses después de nacer.
La noche que recibió la noticia, el guitarrista actuó con los Stones; una decisión que muy pocos entendieron. Él explicó sus motivos en un programa de BBC Radio 4 en 2015: «Si no me llego a subir al escenario, probablemente me habría pegado un tiro».
Aún les estaba reservando otro drama. En 1979, y con su relación en las últimas, el joven de 17 años Scott Cantrell, con quien Anita mantenía una amistad cuya naturaleza exacta se desconoce, se pegó un tiro en la cabeza tumbado en la cama de la pareja, se cree que jugando a la ruleta rusa. A pesar de todo, ambos siguieron siendo amigos hasta la muerte de Pallenberg en 2017.
El músico encontró la estabilidad con la modelo estadounidense Patti Hansen, a quien conoció, como manda el cliché, en Studio 54. Poco después, él escribió en su diario: «Sorprendentemente, he encontrado a una mujer. Increíblemente, es el espécimen más bello (físicamente) del mundo.
¡Pero eso no es todo! Ciertamente ayuda pero también está su mente, su alegría de vivir y (maravilla) que piensa que este drogadicto maltrecho es el tipo al que quiere. Estoy en la luna…».
Se casaron en 1983 y tienen dos hijas: Theodora y Alexandra. Treinta y seis años después, siguen juntos.
«Hay vida antes y después de Patti», dijo él a Vanity Fair el año pasado. «Sencillamente, conectamos y ella me rescató de, digamos, períodos oscuros…».
En marzo, Richards le confesó: «Toda mi filosofía de vida puede resumirse en que, después de todo, he aprendido a ser abuelo».
Con seis hijos de tres mujeres diferentes, Ronnie Wood no va a la zaga de sus compañeros. Su actual esposa, Sally Humphreys, de 41 años, es productora teatral. Con ella tiene dos gemelas que cumplieron tres años en mayo.
En los 70, estuvo casado con Krissy Findlay, madre de su hijo mayor, pero su matrimonio más largo -24 años-, fue con Jo Wood, a quien, para solaz de los periódicos, abandonó en 2008 por una camarera rusa de 19 años.
Fue un periodo de su vida marcado por el alcoholismo y que terminó con él en rehabilitación. Jo Wood, madre de tres hijos (dos con Wood, y un tercero que él adoptó), ha escrito un par de libros sobre su vida con los Stones y se ha reconvertido en una gurú de la cosmética orgánica y un rostro habitual en los sets de reality shows.
La excepción monógama en los Stones es Charlie Watts. El elegante baterista lleva 55 años casado con Shirley Ann Shephard, con quien tiene una hija, Seraphina.
Su piedra en el camino fueron las drogas en los años 80. «Casi perdí a mi mujer debido a mi comportamiento», ha admitido.
En una entrevista en NME, le preguntaron cómo había logrado mantener con éxito su largo matrimonio y él contestó: «Porque en realidad no soy una estrella del rock». Es difícil estar de acuerdo con él en eso.