Karen Espíndola, la joven reportada como desaparecida el martes pasado y que luego volvió a su domicilio por su propio pie, reconoció que se equivocó y no pensó en las consecuencias del mensaje que mandó a su familia en el que señalaba que un taxista se veía sospechoso y grosero, por lo que pidió perdón.
Explicó que ese día, aproximadamente a las 12:00 horas, acudió a la zona de Reforma a dejar un documento que necesitaba para su trabajo, luego se dirigió a la estación General Anaya del Metro, y abordó un taxi para trasladarse a un bar con amigas y amigos al que llegó alrededor de las 16:00 horas.
Precisó que el mensaje en el que decía a su mamá que un taxista se veía sospechoso y grosero lo mandó aproximadamente a las 20:00 horas, con la intención de quedarse más tiempo en dicho lugar.
«No tenía que mandar ese mensaje. No me imaginé que todo esto se iba a salir de control. No pensé en las consecuencias y apagué el teléfono», detalló.
Tras salir del bar, recordó, se dirigieron a una tienda a comprar botellas para continuar la convivencia en la casa de un amigo. «No volví a prender el celular a partir de que llegamos. Como alrededor de las diez de la mañana un amigo prendió su celular y me dijo: mira lo que está pasando», expuso.
«Quiero pedirles perdón a todas las personas que se preocuparon y que hicieron todo esto posible (su búsqueda) sin que yo lo mereciera», subrayó en entrevista con Ana Lucía Ordoñana en Foro TV.